La subida comienza en el Arco del Meloncello. Diseñado por el arquitecto Carlo Francesco Dotti en 1714, el arco se construyó para que los peregrinos pudieran subir con seguridad al santuario, sin tener que preocuparse de cruzar la calle, en un punto en el que confluyen dos carreteras muy transitadas.

Una placa en el arco recuerda a Bernardo Pino, quien a su muerte destinó parte de su fortuna al mantenimiento del pórtico. Él dejó dinero suficiente para cubrir ochenta y nueve años de mantenimiento, siendo ochenta y nueve la edad a la que murió.

A partir de aquí, comienza la larga caminata hasta el santuario. Mi único consejo es que, si usted decide experimentar este paseo por sí mismo, se tome su tiempo. No empiece a subir las rampas y las escaleras a toda prisa, ya que pronto le resultará demasiado agotador. ¡Relájese! ¡Disfrute del aire fresco, subiendo por la ladera de una colina, fuera de la ciudad! En la vida, el tiempo lo es todo, y para esto, su tiempo debe ser lento.

Con cada curva del pórtico, uno cree que está cerca del final, o que podrá ver el santuario a la distancia, sólo para descubrir que se enfrenta a otro largo tramo de escaleras y rampas, y que no está cerca de su destino final.

¡A estas alturas, había empezado a llover, pero eso no importaba, ya que estábamos debajo del pórtico!

 

A continuación: ¡Visitamos el Santuario della Beata Vergine di San Luca!

 

Nota: Este blog está escrito en inglés y en español, y el autor no se responsabiliza por la calidad de cualquier otra traducción que pueda aparecer. Si le ha gustado este post, por favor, consulte nuestros archivos para más publicaciones de Bolonia, así como de otros destinos italianos. ¡Grazie!