Incluso con todos los maravillosos museos que visité durante mis primeros dos días en Monza, la verdadera joya de la ciudad es su famoso parque. ¡Decir que el Parque de Monza es grande es quedarse corto! Es GRANDE, con una extensión de 688 hectáreas. Sabiendo esto, planifiqué darme la mayor parte del día para explorarlo.
Entré al parque por el Portale Neogotico, o la Puerta Neogótica. Se trata de una hermosa puerta de entrada, que según documentos antiguos, está formada por restos de la construcción del Duomo de Milano.
Una vez dentro del parque, uno se encuentra detrás de Villa Reale, en lo que se considera los jardines de la villa.
Ésta es una parte muy bonita del parque. Hay muchos caminos y áreas para explorar. Usando una guía que había comprado, cuando visité la villa el día anterior, me dispuse a ver cuánto del parque podía ver cómodamente, en un día. En poco tiempo, me encontré enfrente de un pequeño lago con el Tempietto, un pequeño templo construido por Giuseppe Piermarini.
Cerca de aquí, estaba la Torretta dei Giardini Reali, un edificio de estilo medieval construido por Luigi Canonica, que cuenta con una torre de 30 metros de altura.
Luego, me encontré en la Cascina Bastia, que antes era un antiguo establo, pero ahora es el lugar donde se pueden alquilar bicicletas por hora, para pasear por el parque.
En poco tiempo, llegué a Padiglione Cavriga, que es un bar-cafetería, situado a lo largo de una de las pocas carreteras abiertas al tráfico en el parque. Aquí, es posible disfrutar de un café, un bocadillo, o incluso una buena copa de vino, o una cerveza helada.
Un poco más adentro del parque, me llevó a la Cascina San Fedele, un hermoso edificio construido con materiales de la demolida Iglesia de Santa María di Brera en Milano. ¡Los terrenos sobre los que se asienta este edificio son impresionantes!
Otro corto paseo, me llevó a Cascina Frutteto, que ahora es la Escuela de Agricultura.
Siguiendo el camino, llegué a Villa Mirabellino, una residencia diseñada por Giulio Galliori para el Cardenal Angelo María Durini, como casa de huéspedes para los visitantes de la Familia Durini. Está en un estado de deterioro en este momento, pero es de esperar que sea restaurada a su belleza anterior, en algún momento en el futuro.
En una corta curva, se encuentra la Cascina Fontana, construida con los restos de una antigua masía de Luigi Canonica, en 1825.
En este punto, si uno saliera del parque, descubriría que ya no estaba en la ciudad de Monza, sino en el pequeño pueblo de Vedano. ¡La Portineria di Vedano (puerta de entrada al parque) es encantadora, al igual que el pequeño pueblo!
A continuación: ¡Parte 2 del Día 3 en Monza!
Nota: Este blog está escrito en inglés y en español, y el autor no se responsabiliza por la calidad de cualquier otra traducción que pueda aparecer. Si ha disfrutado de este post, por favor, consulte nuestros archivos para más publicaciones de Monza, así como de otros destinos italianos. ¡Grazie!